Registrar un perfil en los Social Media es relativamente sencillo, además de no suponer ningún coste. Sin embargo, desarrollar una presencia activa online ya es harina de otro costal.
Muchos son los intrépidos que se lanzan al atractivo mundo de las redes sociales, sin contar con experiencia previa, saber realmente qué pretenden con su actividad, ni mucho menos plantearse definir una estrategia. Comienzan a publicar a diestro y siniestro y, al cabo de no mucho tiempo, sus ansias y expectativas iniciales se desvanecen, ante la escasez de resultados.
Es en este punto cuando se detienen a mirar hacia atrás y comienzan las dudas sobre qué estarán haciendo mal, o en su caso, qué es lo que deberían hacer para sacar partido a su actividad en medio 2.0. Así, aquí destacamos 10 signos evidentes de que lo están haciendo mal en las redes sociales:
La constancia brilla por su ausencia. Las redes sociales únicamente se actualizan cuando tienes tiempo, o te acuerdas de ellas. Mientras tanto, permanecen inertes. Con ello, el resultado es el de un muro con actualizaciones esporádicas, excesivamente dispersas en el tiempo, en contraste con una saturación informativa, registrada en un momento determinado, cuando agolpas todas las publicaciones que en ese momento consideras oportuno.
No existe planificación ni estrategia alguna que regule la intervención de la marca en cada plataforma social. El hecho de plantear un objetivo y diseñar acciones para alcanzarlo ni siquiera ha llegado a considerarse. Por su parte, la planificación ha dejado paso a la improvisación como tónica dominante.
Tampoco se practica la escucha activa. El primer paso antes de comenzar a actuar en los Social Media es detenerse a escuchar, identificar al público objetivo y analizar la conversación. Sus intereses, opiniones y peticiones ayudarán a enfocar la estrategia y el plan de actuación en las redes sociales, además de identificar tendencias y oportunidades para aportar valor.
Los seguidores son pocos, y llegan tarde, o nunca. Los usuarios comienzan a seguir a aquellas marcas que demuestran que realmente tienen algo que ofrecer, que de algún modo destacan, y pueden ser útiles. En cambio, directamente obvian aquellos perfiles e interacciones vacías de contenido, carentes de interés o cuya imagen no transmita confianza.
El monólogo es la nota predominante en el time line. Los Social Media constituyen una puerta abierta a la conversación. Si tus publicaciones no invitan a interactuar con la marca, ofrecen la oportunidad de participar ni registran ningún tipo de acercamiento por parte del público objetivo, mal vamos.
Los perfiles sociales se han convertido en un soporte publicitario. No hay un uso más inapropiado en los Social Media que utilizarlas como medio para difundir mensajes comerciales. Es el principal repulsivo para los usuarios, quienes detestan los mensajes intrusivos, con una clara vocación orientada a la venta. Va en contra de la propia razón de ser de estos medios 2.0.
La automatización figura como segundo nombre de la marca. El mismo mensaje se replica automáticamente en todas las redes sociales, sin excepción. Desde Twitter hasta Pinterest, todas reflejan la misma frase, a lo sumo acompañada de una foto. Esta tipo de actuaciones no consiguen más que provocar el rechazo de los usuarios, quienes evitan cualquier tipo de contacto con las marcas que obran así en sus perfiles sociales.
No se realiza un seguimiento de las acciones, por lo que es imposible detectar los errores, y poder reorientar la actividad social en función de los resultados. La monitorización es un pilar fundamental que sirve de guía a la hora de marcar las pautas de actuación de la marca en el mundo 2.0.
Los usuarios no obtienen una respuesta a sus peticiones en tiempo y forma. Toda empresa que pretenda utilizar los Social Media para atraer y fidelizar clientes ha de tener presente que se debe a sus seguidores, y debe estar ahí para atenderles cada vez que estos lo requieran.
Las críticas y comentarios negativos son sencillamente ignorados, o incluso borrados. Otro gran error de actuación en el mundo 2.0 es, no solo ser capaz de asumir las críticas, sino ejercer su poder para vetar y censurar la voz de los clientes.
Si los perfiles sociales de la empresa padecen alguno de estos signos, será más que entendible que su presencia en las redes sociales no esté reportando los beneficios esperados. Por su parte, la escucha activa, vocación de servicio y fomento del engagement son elementos que deben formar parte integrante de una estrategia debidamente planificada, en torno a los objetivos establecidos.
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Registrar un perfil en los Social Media es relativamente sencillo, además de no suponer ningún coste. Sin embargo, desarrollar una presencia activa online ya es harina de otro costal.
Muchos son los intrépidos que se lanzan al atractivo mundo de las redes sociales, sin contar con experiencia previa, saber realmente qué pretenden con su actividad, ni mucho menos plantearse definir una estrategia. Comienzan a publicar a diestro y siniestro y, al cabo de no mucho tiempo, sus ansias y expectativas iniciales se desvanecen, ante la escasez de resultados.
Es en este punto cuando se detienen a mirar hacia atrás y comienzan las dudas sobre qué estarán haciendo mal, o en su caso, qué es lo que deberían hacer para sacar partido a su actividad en medio 2.0. Así, aquí destacamos 10 signos evidentes de que lo están haciendo mal en las redes sociales:
La constancia brilla por su ausencia. Las redes sociales únicamente se actualizan cuando tienes tiempo, o te acuerdas de ellas. Mientras tanto, permanecen inertes. Con ello, el resultado es el de un muro con actualizaciones esporádicas, excesivamente dispersas en el tiempo, en contraste con una saturación informativa, registrada en un momento determinado, cuando agolpas todas las publicaciones que en ese momento consideras oportuno.
No existe planificación ni estrategia alguna que regule la intervención de la marca en cada plataforma social. El hecho de plantear un objetivo y diseñar acciones para alcanzarlo ni siquiera ha llegado a considerarse. Por su parte, la planificación ha dejado paso a la improvisación como tónica dominante.
Tampoco se practica la escucha activa. El primer paso antes de comenzar a actuar en los Social Media es detenerse a escuchar, identificar al público objetivo y analizar la conversación. Sus intereses, opiniones y peticiones ayudarán a enfocar la estrategia y el plan de actuación en las redes sociales, además de identificar tendencias y oportunidades para aportar valor.
Los seguidores son pocos, y llegan tarde, o nunca. Los usuarios comienzan a seguir a aquellas marcas que demuestran que realmente tienen algo que ofrecer, que de algún modo destacan, y pueden ser útiles. En cambio, directamente obvian aquellos perfiles e interacciones vacías de contenido, carentes de interés o cuya imagen no transmita confianza.
El monólogo es la nota predominante en el time line. Los Social Media constituyen una puerta abierta a la conversación. Si tus publicaciones no invitan a interactuar con la marca, ofrecen la oportunidad de participar ni registran ningún tipo de acercamiento por parte del público objetivo, mal vamos.
Los perfiles sociales se han convertido en un soporte publicitario. No hay un uso más inapropiado en los Social Media que utilizarlas como medio para difundir mensajes comerciales. Es el principal repulsivo para los usuarios, quienes detestan los mensajes intrusivos, con una clara vocación orientada a la venta. Va en contra de la propia razón de ser de estos medios 2.0.
La automatización figura como segundo nombre de la marca. El mismo mensaje se replica automáticamente en todas las redes sociales, sin excepción. Desde Twitter hasta Pinterest, todas reflejan la misma frase, a lo sumo acompañada de una foto. Esta tipo de actuaciones no consiguen más que provocar el rechazo de los usuarios, quienes evitan cualquier tipo de contacto con las marcas que obran así en sus perfiles sociales.
No se realiza un seguimiento de las acciones, por lo que es imposible detectar los errores, y poder reorientar la actividad social en función de los resultados. La monitorización es un pilar fundamental que sirve de guía a la hora de marcar las pautas de actuación de la marca en el mundo 2.0.
Los usuarios no obtienen una respuesta a sus peticiones en tiempo y forma. Toda empresa que pretenda utilizar los Social Media para atraer y fidelizar clientes ha de tener presente que se debe a sus seguidores, y debe estar ahí para atenderles cada vez que estos lo requieran.
Las críticas y comentarios negativos son sencillamente ignorados, o incluso borrados. Otro gran error de actuación en el mundo 2.0 es, no solo ser capaz de asumir las críticas, sino ejercer su poder para vetar y censurar la voz de los clientes.
Si los perfiles sociales de la empresa padecen alguno de estos signos, será más que entendible que su presencia en las redes sociales no esté reportando los beneficios esperados. Por su parte, la escucha activa, vocación de servicio y fomento del engagement son elementos que deben formar parte integrante de una estrategia debidamente planificada, en torno a los objetivos establecidos.
Fuente: http://www.puromarketing.com/42/19405/signos-evidentes-estas-haciendo-redes-sociales.html
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